30.04.2013
Después de recibir clases particulares de matemáticas, no todos los niños mejoran por igual sus aptitudes en la asignatura. Los científicos saben que la clave de esta diferencia debe estar en el cerebro. Ahora, investigadores de la Universidad de Stanford (EE UU) han estudiado los factores cerebrales que intervienen en la efectividad del aprendizaje.
El estudio, publicado esta semana en la revista PNAS y liderado por Kaustubh Supekar, científico de la institución estadounidense, recoge el análisis de 24 niños de ocho a nueve años con diferentes niveles de destreza.
"Sorprendentemente, el cociente intelectual y las habilidades numéricas, indicadores tradicionales del aprendizaje, no se asocian con un progreso en matemáticas", afirma el investigador.
Lo que determina el grado de mejora es la forma y la conectividad funcional del hipocampo –un área del cerebro crítica para la formación de la memoria–, que "desempeña un papel fundamental en la determinación de cuánto y cómo el niño aprende matemáticas", subraya Supekar.
Los hallazgos pueden ayudar a explicar por qué algunos niños se benefician más de las tutorías que otros. Según concluyen los autores, el trabajo aumentará las posibilidades de identificar a los alumnos que requieren enfoques pedagógicos alternativos o una tutoría intensiva.
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