El dolor físico y el sentimiento de rechazo están relacionados // Rezar por otros ayuda a disipar la ira, revela un estudio // Pensar en Dios puede reducir o aumentar el estrés
Via TENDENCIAS21
Por Yaiza Martínez
El dolor físico y el sentimiento de rechazo están relacionados
Ambas situaciones activan las mismas regiones del cerebro, lo que explicaría por qué una pérdida social puede provocar dolores y trastornos
El dolor físico y el dolor producido por el rechazo social están íntimamente relacionados y nos afectan de manera similar, revela un estudio reciente. La razón: tanto cuando nos rechazan como cuando nos hacemos daño la actividad neuronal de nuestro cerebro se pone en marcha en las mismas áreas: la corteza somatosensorial secundaria y la ínsula dorsal posterior. Los resultados obtenidos en esta investigación sugieren que el sentimiento de rechazo social sería la única emoción vinculada al dolor físico, lo que podría explicar por qué las personas, cuando sufren una pérdida, tienden a padecer dolores y trastornos del organismo. Por Yaiza Martínez.
Rezar por otros ayuda a disipar la ira, revela un estudio
Los beneficios de la oración radican en que ésta cambia la valoración de situaciones negativas
Una simple plegaria puede ayudar a la gente a sentirse menos furiosa y a comportarse de manera menos agresiva después de enfadarse, revela un estudio reciente que consistió en tres experimentos distintos, llevados a cabo con estudiantes universitarios de Estados Unidos y de Holanda. Según los autores de la investigación, la razón de este efecto beneficioso de la oración radicaría en que ésta permite cambiar la perspectiva acerca de situaciones problemáticas, y en que ayuda a gestionar las emociones negativas. Por Yaiza Martínez.
Pensar en Dios puede reducir o aumentar el estrés
Ayuda a los creyentes a reducir la respuesta emocional ante errores cometidos, pero tiene el efecto contrario en ateos
Pensar en Dios puede ayudar a las personas religiosas a sentirse menos alteradas cuando comenten errores, pero tiene justo el efecto contrario en las personas ateas. Esto es lo que revela un estudio en el que se analizó la actividad neuronal de un área concreta del cerebro (la corteza cingulada anterior o ACC) como respuesta a errores cometidos. Este área estaría vinculada a los estados de atención o de alerta cuando algo va mal. Por Yaiza Martínez.