Por MÓNICA L. FERRADO
10.07.2010
Ese eczema que no se va o esa alergia que no es tal. Son patologías psicosomáticas detrás de las que no hay un problema físico, sino una emoción negativa como la ira o la ansiedad. En los dos últimos años han aumentado un 30% en España. Los expertos culpan a la crisis
En la cara de Marta apareció un eczema que ninguna pomada solucionaba. Joel padecía síntomas alérgicos, picores, estornudos y tos sin encontrar qué los causaba. Marisa tenía problemas digestivos y ni la colonoscopia dio con ninguna anomalía. Son los nombres ficticios de tres pacientes reales que con tratamiento psicológico han logrado superar una enfermedad a primera vista física. En el origen de las tres había un punto común: una emoción negativa. La prueba de que, aunque a veces no nos sinceremos ni con nosotros mismos, nuestro cuerpo acaba hablando. En el caso de Marta, la ira salió por su piel. Ni ella misma quería reconocer la mala relación con su marido, al que todos consideran un encanto. A Joel se le tradujo en alergia la angustia que siente desde que empezaron a echar a gente de trabajo. Y Marisa no cesa con sus desarreglos digestivos porque se siente triste y perdida desde que su hijo se fue de casa.
Los expertos estiman que el 25% de todas las patologías conocidas tienen una base u origen psicosomático. "Son pacientes hiperfrecuentadores", afirma Manuel Álvarez, médico internista y presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Psicosomática. Sufren y se sienten incomprendidos. En busca de la causa de su mal, se les hace tantas pruebas y tratamientos que se calcula que al sistema sanitario le cuestan nueve veces más que cualquier otro paciente, cuando en realidad la medicina psicosomática debería ser muy barata. "Cuesta tiempo, consiste en escuchar al enfermo", afirma Álvarez. "Una cosa es la demanda expresada, y otra la situación que vive y que puede ser el origen de la dolencia. De ahí que las visitas al paciente no puedan ser de 10 minutos, como ocurre ahora", puntualiza. Continua